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EDITORIAL

Por Judith Crocker

Honrando la tierra en su mes y el bendecido suelo
de libertad donde vivimos

Suena placentero por su olor a establecida democracia, y ojalá sigamos disfrutando de lo que es vivir donde todo o casi todo se facilita.

Este año, como todos saben , es de elecciones presidenciales, y solo el voto unánime de quienes amamos y respetamos este progresista país, nos puede permitir seguir abrazando y agradeciendo lo que hemos logrado.

Con frecuencia me pregunto y consulto con personas que llevan años estudiando el comportamiento del ser humano  y sus posiciones frente a uno u otro candidato en el ruedo político. Por qué el inmigrante que proviene de un régimen dictatorial en sus países de origen, sienten  atracción por seguir apoyando a quienes se inclinan hacia el autoritarismo, la venganza, el odio y restricción de la libertad que tanto admiramos de esta gran nación?

La verdad es que no le encuentro sentido a sus preferencias. Será que les gusta que los gobiernen a fuerza de azote? que los griten? los maltraten con insultos y los vean como personas indeseadas por ser inmigrantes?.  O será que precisamente por venir de paises subdesarrollados, con restricciones, y donde la violencia ha rebosado la tolerancia del ciudadano de a pie, se sienten inferiores y por eso aceptan la humillación?

Nada está más lejos de la realidad. Y yo me pregunto: Qué fue lo que nos motivó a escoger este suelo fructífero y no otro destino  quizás más cerca de nuestras tierras de origen? Pienso que la respuesta es muy clara: vivir libres en democracia y en un país de recursos y oportunidades.  Ya la opción de quienes progresen o no, es cuestión de nosotros mismos y el camino hacia donde nos enrumbemos.

Pero quizás para quienes se aferran a un candidato burlista, que miente descaradamente, sin respeto hacia las instituciones, individualista, de cero lectura, sin experiencia ni preparación en dirigir el timón de una nación de esta magnitud, impregnada de culturas diferentes, no lo ven así y piensan que todo es un juego político.  Pues déjenme decirles que no es así y que nuestra democracia esta en riesgo.  Si nos dormimos en los laureles quedándonos en casa, permitiendo que otros se nos adelanten y decidan por nosotros, corremos el riesgo de perderla y quizás no la recuperemos.  Basta mirarnos en el espejo de los países que llevan años viviendo oprimidos sin la esperanza de salir de ese régimen.

Atacar a una institución venerable porque la balanza (gracias a los votantes) no se inclinó a nuestro favor, no es vivir en democracia, negarse a aceptar la derrota, no es democracia, mucho menos dudar de la integridad de un sistema de elecciones libres.  !Eso no es democracia!

Créanlo o no  !Tu voto es tu poder!

!Hazlo sentir!

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