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MUJER NUEVA

Por Noris Capin

El gran misterio de la vida

El gran misterio la vida abarca, dentro de la misma vida, la vocación de amar. Nada es tan maravilloso cómo tener devoción por una persona, que también pueden ser muchas en el círculo amplio del amor. Nada es tan poderoso cómo el respeto a otro ser, no importa quién sea o de donde venga; el respeto no carga o exhibe las consecuencias del atropello, el abuso y el desprecio. No existe nada más terrible que vivir bajo la espada candente de todo lo dicho.

No hay palabras con qué demostrar por qué o cómo se desvían los hechos, si no hay un momento de paz en la tierra. Últimamente, no constan los modales donde el amor y el respeto salen a buscar las palabras. Hay una especie de batalla entre los seres humanos.

El amor y el respeto nace de la persona, vive en ella, desde el nacimiento del ser, desde los confines misteriosos del ser humano surgen las vivencias y la experiencia, mostrando un pecho ancho, lleno de bendiciones.

Es pavoroso oír sandeces, no existen los filtros que detengan las palabras. No hay armonía entre las personas, hay siempre una polémica o un asalto para que la boca no hable más de la cuenta. Las palabras se dicen, no importan si son pérfidas las palabras que salen de la boca. Vienen desde los nuevos tiempos donde el hombre ha abierto una brecha entre la desfachatez y la elegancia. Lo vemos en los programas televisivos, en los altos cargos, en la familia que, a veces, se detienen ante una mirada de desaprobación. Pero existe el comportamiento ordinario, frívolo y vacío que suelen abanderar a ciertas personas. ¡Qué triste!

La gran comunión de la vida es llevar la vida a un nivel más amplio, menos ecuménico, más saludable donde haya conciencia, seriedad y delicadeza. Ya, no hay tal cosa, la gente habla incorporando la injusticia, la hipocresía -como una escapatoria para prevalecer, resaltar y predominar por arriba de las normas, dándole la espalda al amor del prójimo. 

Entiendan que estamos viviendo un tiempo escandaloso, apocalíptico y siniestro. El apocalipsis el final de los tiempos. De estos tiempos de terror, de crisis, de espanto mundial hasta la llegada de Jesús en tiempo ordinario. Sacúdanse de todo lo que no sirve, de la violencia, de los momentos de miedo que les han causado susto de por vida. ¡Vivan en la misericordia propia! Quiéranse a sí mismas con ese amor ágape, invencible frente al tiempo.

El gran misterio es saber cómo aprender a ser mejores seres humanos, menos agresivas y pendencieras, rechazando la falta de docilidad y humildad sobre todo lo que nos rodea. Somos, en cierta forma, agredidas por la colera, inofensivas combatientes frente a las situaciones de la vida en drásticas corrientes adversarias y crueles.

Yo, particularmente, detesto el abuso en las personas, en los centros de trabajo por parte de los jefes y compañeros de trabajo, en la calle: al conducir un auto. No le tengo ningún respeto a las abusivas consignas por parte de la gente, a los gritos y a la indecencia de aquellos que, quizás, no se les ha enseñado a vivir una vida culta, en la proximidad inmaculada de Dios.

Y cómo decía al principio, amar es una cuestión del alma, de respeto y de orgullo. Cuando se decide amar es darlo todo -dentro de la felicidad y la tristeza-. Es hacer un pacto contigo misma y con Dios para vivir dentro del misterio insondable de la vida. 

Obvien las impurezas, los malos ratos, las palabras violentas -ya que son atentados del maligno en contra de la paz del alma. Aviven sus neuronas y calmen sus impulsos de malicia, de envidia y crueldad para vivir la vida en los ámbitos de Dios, en la paciencia dentro de la impaciencia.

No dejen de ser amables y benévolas, sean siempre dulces, bondadosas y fieles. 

Nos dice la Palabra de Dios en Proverbios 2:7 lo siguiente: Dios reserva Su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable.

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Noris Capin

No abandones nunca el amor y la verdad; llévalos contigo como un collar.
Grábatelos en la mente, y tendrás el favor y el aprecio de Dios 

y de los hombres.

 Proverbio 3:3-4

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