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La Doctora Diane Kelly Andreou es psicóloga clínica y directora de la Clínica de Salud Conductual del Centro "Boys Town" en el Sur de Florida. También es madre de un adolescente. Está muy interesada en brindar intervenciones de calidad para garantizar que los niños de hoy se conviertan en adultos de éxito.  
Nuestros niños y adolescentes se enfrentan a una crisis de salud mental. Duermen menos y realizan menos actividad física y pasan menos tiempo en persona con sus amigos que las generaciones anteriores. La pandemia ha intensificado estos factores. La salud mental durante la infancia y la adolescencia incluye alcanzar los hitos del desarrollo, desarrollar habilidades sociales, aprender a regular las emociones, tener éxito en la escuela y aprender a enfrentar los retos. Los trastornos mentales y conductuales causan angustia y pueden cambiar significativamente el comportamiento, la forma de aprender y de manejar de las emociones.  
Un problema de salud mental común en la infancia es la ansiedad. La ansiedad no es un trastorno; los miedos y las preocupaciones, como la oscuridad, las tormentas o un examen próximo, son típicos durante la infancia. Cuando los miedos y las preocupaciones interfieren en la escuela, la vida familiar y las relaciones, puede haber un trastorno de ansiedad.
A continuación se indican algunas formas en que la ansiedad puede interferir en el funcionamiento:    
* Miedo de estar lejos de los padres, llanto excesivo o preocupación al pensar en la separación, y miedo respecto a la salud o seguridad de los padres.
* Tener un miedo extremo a una cosa o situación específica.
* Tener miedo a la escuela o a las situaciones en donde hay gente.
* Tener muchas preocupaciones tales como el futuro, la escuela o que ocurran cosas malas.
* Tener episodios repetidos de miedo intenso y súbito, y síntomas físicos como la dificultad para respirar, palpitaciones, mareos, temblores o sudoración.
Muchos niños no tienen palabras para expresar sus síntomas de ansiedad.
El miedo o las preocupaciones pueden manifestarse en forma de problemas para dormir o acostarse solos, con fatiga, con un estado de ánimo irritable/mal humorado, con dificultad para concentrarse, con rechazo a la escuela o dolor de estómago o de cabeza. Muchos niños ansiosos son tranquilos, obedientes y deseosos de complacer a los demás. La ansiedad puede beneficiarse de la terapia conductual y cognitivo-conductual. 

Otro trastorno común en la infancia es el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Se trata de un patrón persistente de comportamientos que interfieren con el desarrollo o en el funcionamiento en distintos entornos, tales como el hogar y la escuela. A menudo, los niños con TDAH tienen otros problemas, como retrasos en el habla y el lenguaje, mala escritura, rechazo social y dificultades de aprendizaje. Los síntomas de falta de atención incluyen errores por descuido, dificultad para mantener la atención, falta de seguimiento, evitación de tareas que implican un esfuerzo mental sostenido, pérdida de objetos necesarios para las tareas y la distracción. Los comportamientos hiperactivos/impulsivos incluyen moverse, abandonar el asiento con frecuencia, hablar en exceso, soltar respuestas, dificultad para esperar el turno e interrumpir. El TDAH puede beneficiarse de las estrategias de manejo de la conducta en casa y de las intervenciones y adaptaciones conductuales en la escuela. A menudo, la intervención conductual se combina con medicamentos.Casi todo el mundo tiene variaciones en su estado de ánimo. Muchos pueden experimentar tristeza con pérdidas o contratiempos. La depresión interfiere en la capacidad de dormir, comer y manejar las responsabilidades diarias en casa, la escuela o el trabajo. Puede ocurrir a cualquier edad, pero a menudo aparece por primera vez en la adolescencia o alrededor de los 20 años.

En el caso de los niños y adolescentes, los siguientes comportamientos pueden ser síntomas: 
* Sentir persistentemente (por más de 2 semanas) tristeza, irritabilidad o desesperanza.
* No estar interesado en hacer las cosas que anteriormente disfrutaba.
* Padecer cambios en el apetito (pérdida de apetito o comer demasiado) o no  lograr el aumento de peso esperado.
* Dormir demasiado o no poder dormir.
* Sufrir cambios en el nivel de energía, fatiga, pereza, tensión, inquietud.
* Presentar sentimientos de inutilidad o culpabilidad. 
* Presentar dificultad para concentrarse, para prestar atención y tomar decisiones.
* Pensar de manera recurrente en la  muerte o  en agonías.
* Auto-lesionarse o mostrar un comportamiento auto-destructivo.
La depresión grave puede llevar a un niño o adolescente a pensar en el suicidio.
La tristeza no siempre es observada por los demás. La irritabilidad, el retraimiento y la falta de motivación pueden ser más evidentes. Las intervenciones ayudan a controlar el estado de ánimo y la angustia, a manejar la alimentación, el sueño y la actividad, y a mejorar el apoyo social.
El suicidio es la segunda causa de muerte desde la adolescencia temprana hasta la edad adulta joven y la mayoría de los que intentan suicidarse han mostrado signos de alerta temprana antes de su intento. Los signos incluyen:
* Hacer amenazas directa o indirectas, habladas, enviadas por mensaje de texto o publicadas. Tome en serio declaraciones, tales como "Me voy a suicidar", aunque alguien diga que está bromeando o que "no lo decía en serio." Las declaraciones pasivas como "estarían mejor sin mí" también deben tomarse en serio.
* Haber hecho un intento anterior. El riesgo de otro intento es significativamente mayor en el año siguiente a un intento.

* Padecer de cambios de comportamiento. Preocupación por la muerte, la falta de interés por las actividades, el letargo, [cambios] en los patrones de alimentación y del sueño y el retraimiento.
* Depresión que regularmente se presenta más como irritabilidad que como tristeza.
* Planificar la muerte o tener un plan definido. Acceder a un medio para llevar a cabo el suicidio. Regalar todas las pertenencias. Mostrar energía y ánimo repentinos y breves una vez que alguien siente que tiene paz o consuelo en su plan.
* El fenómeno del contagio del suicidio. Hay pruebas que reflejan que la cobertura del suicidio por parte de los medios de comunicación conduce a un mayor índice de suicidios posteriores. Factores como la repetición de la información, el sensacionalismo que rodea el suicidio con excesivos detalles e imágenes, y la glorificación del lado positivo del suicidio (tristemente, incluyendo los rasgos positivos de la persona) pueden aumentar el riesgo.
Sin un diagnóstico y un tratamiento tempranos, los niños con trastornos mentales pueden tener problemas en casa, en la escuela y a la hora de establecer relaciones. Estos problemas pueden continuar en la edad adulta. El tratamiento en la infancia o la adolescencia puede prevenir problemas más graves o duraderos.
Dr. Diane Kelly Andreou es psicóloga clínica y directora de la Clínica de Salud Conductual del Centro Boys Town en el Sur de Florida. También es madre de un adolescente. Está muy interesada en brindar intervenciones de calidad para garantizar que los niños de hoy se conviertan en adultos de éxito.  

Agradecemos a Children's Services Council por permitirnos usar este artículo de su publicación Family Resource Guide

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